Besando Mis Pies......

Sentada en la cálida arena, aún siento el calor del día, los últimos rayos de sol bañando mi cuerpo desnudo, haciéndole sentir esa calidez…

Te observo…

Los dedos de mis pequeños pies, sienten las caricias de la arena, el calor que aún conserva, me hace sentirme relajada, distante de todo menos de ti, que te sigo observando a través de esas tonalidades ocres tan hermosas, cerrando los ojos, deslizo mi cuerpo, sobre la suave y cálida arena, ya no puedo observarte pero sé que estás ahí..., al borde de mis pies, susurrándome acompasadamente, no dejándome ir.

Inmersa en mi mundo, voy sintiéndote cada vez más cerca, hasta que besas mis pies como una caricia, con timidez… te alejas… pero al momento regresas a besarme de nuevo, sigo tu ritmo y mis piernas se van alejando una de la otra, para dejarte paso, cuando tu cada vez, invades más espacio de mi cuerpo, no me resisto, me da placer sentir que poco a poco me acorralas con tus caricias, que me vas empapando de tus tímidos besos… con calma.

Cuando siento más tu pasión por poseerme por completo, por subir por mi cuerpo más deprisa, tus lágrimas de deseo salpican mi cara, el resto de mi piel, y noto la excitación cuando bajan decididas por mi pecho firme, generoso, que ardiente frente a ti te pide más…
Sin esperarlo tan pronto, llegas a besar mi océano de deseo, sacando de mí el más apasionado gesto, deseando que vuelvas a tu ritmo a rozar mi sexo. Cuando más excitación siento, tus sonidos son más fuertes, mas agresivos, ya no existe la timidez porque tapas todo mi cuerpo, soy enteramente tuya, como así tu lo deseas, para que con tu fuerza y pasión me recuerdes que en ese espacio mandas tu, y si me quedo más de lo debido no podré volver a tu encuentro, vete!! Me gritas, cumplido ya está el objetivo, vuelve cuando quieras mujer hermosa, si te ha gustado lo vivido.

Abriendo mis ojos al escucharte, hacia atrás siento que me empujas, para obedecer a tus deseos, que los míos ya han sido cumplidos.
Me alejo de ti por unos instantes, pero no dudes que volveré siempre, porque la pasión que siento por ti, me dice que no me aleje. Mi inmenso mar, se que siempre estarás para recorrer mi cuerpo, para dar paz a mi alma y recordar apasionados besos.

Dedicado a uno de los mayores placeres que tenemos “el mar” disfrutadlo como se merece.

Besos Cálidos y Salados.

Piensa en mí

Mi amor, te sueño, te recuerdo a cada instante... no dejes de pensar en mí. Yo ya no podré dejar de pensar en tí... ¡Cómo dueles, mi amor!

Recuerdo aquellos días gloriosos en que ambos fuimos un solo cuerpo, días recientes que mi piel toda añora... fundiendo nuestro ser sobre las sábanas cómplices. Espero tu llegada, ansiosa, desesperadamente. Espero sentir nuevamente tus besos de fuego quemando mis labios y llenándome de placer, haciéndome volar para no querer jamás regresar.

Eres mío, y yo tuya. Has bebido de mi manantial hasta hartarte. Has besado mis senos hasta enloquecerme... He bebido de tu dulce boca, de tu dulce piel, ¡¡¡y quiero más!!!

Quiero que seas mío por siempre, mi amor... quiero atraparte entre mis labios, entre mis brazos, entre mis piernas, para no dejarte ir jamás. Y así seremos eternamente felices. Tú, mi Eros... yo, tu Afrodita...

Te quiero... como jamás creí que podría ser capaz de hacerlo... Ámame una vez más... piensa en mí... hoy que estamos lejos, siénteme... y seremos uno solo, en cuerpo, mente y alma, ya verás... ven...

Dame Vida.

Sentía el aire helado recorrer mi cara, todo mi cuerpo empapado temblaba de frío, ya no había esperanza, todo acabaría ahí…

Ese movimiento me tenía inconsciente, junto con el frío que agarrotaba todo mi ser, con los ojos cerrados, tumbada en la pequeña barca, esperando que acabara todo cuanto antes…

Sentí de pronto, el calor de la cercanía de otro cuerpo …, suave, casi inapreciable… abrí los ojos y me encontré con la mirada más cálida y hermosa que jamás vi, ojos con el tono del mar en calma que tanto amaba, el mar que en ese mismo instante acababa con mi latir…que consiguieron que mi ser saliera del coma helado, sin poder decir palabra, solo dejar que mi cuerpo fuese atrapado por sus fuertes brazos, sentir su calor y la calma, al oír tan solo,… ya no hay temor preciosa mujer…

No se cuanto tiempo permanecí dormida sin enterarme de nada, sumergida en el mas hermoso sueño, me sentí amada, deseada, querida, apasionada… no quería despertar, hasta que mi mente me llevó al recuerdo de esa mirada, y me gritó desesperada que despertara, que estaban ahí esos hermosos ojos marinos,… que el estaba a mi lado….

Llevo dos días dándote mi calor, temí que no despertaras…

Pero desperté, según me llegaban sus palabras. Me invadía un deseo incontrolado, esa sonrisa, ese cuerpo tan bien formado, ese hombre…

¿Puedo besarte?… lo necesito…

Por el momento, sólo debes preocuparte por descansar… y antes de terminar sus palabras, se alejó de mi lado, y subió a la parte exterior de su barco.

Analicé la situación, observé, mi sexo estaba humedecido, esta vez no era agua de mar, sino de pasión, mi cuerpo totalmente desnudo y excitado, me hizo saber que sus manos me acariciaron, que sus labios me besaron y sus ojos me desearon, que no fue un sueño. Con la escasa ropa que me quedaba, del horrible suceso de hacía dos días, me vestí precipitadamente y seguí sus pasos…

Tu cuerpo me acusó de mi imprudencia, de mi deseo….de darte parte de mi vida…

No dejé que salieran mas palabras de su boca, la tapé con la mía, juntando mi cuerpo al suyo, recordando lo bien que encajaba en sus manos, en sus labios, solo me decía mi deseo, que todo mi cuerpo y mi mente eran del, que yo era su valioso rescate, su tesoro mayor cuidado, y me encadenaba febrilmente a todo lo que me diera ese hombre, mi hombre ya, desde ese momento…, jamás sentí tal pasión, excitación y deseo, como entre sus brazos, sus labios, su miembro explorando su recompensa, mordisqueaba mi pecho, me atraía con sus manos hacía el, con tal pasión, que jamás me sentí tan llena y complacida, no quería que parase nunca, era fogoso hasta el entorno, el agua salpicando nuestros desnudos cuerpos, el dulce balanceo que ocasionaba el mar, el susurro y sus labios conversando con mi corazón, diciéndole que siempre seré suya,… si mi capitán, sólo hazme tuya., sólo tuya…

Regalos

Nuestra querida amiga Naiba nos ha hecho unos regalos, que queremos poner aquí, y agradecerle sus bellas palabras y a su cariño. Somos nuevitas en el mundo de los blogs, por eso nos hace mucha ilusión que nos haya tenido en cuenta.

Gracias, amiga!!!

Te Sigo Sintiendo...

Te sigo sintiendo en mi cuerpo, en mi mente, a pesar de todo, te sigo sintiendo.
Aunque en la distancia me demuestres y digas que no queda nada, cuando te tengo frente a mi, te siento mío, toda tu persona me muestra lo que de verdad sientes, esa mirada de niño suplicando ser querido, entendido, protegido, ese deseo de hombre que todo tu cuerpo expresa por mi, te sigo sintiendo aunque tus palabras quieran decir lo contrario, a pesar de que tus acciones sean las más dolorosas.

No quiero pensar que estuviste en otros brazos, que besaste otros labios, no quiero pensarlo, mi corazón se siente muy herido al hacerlo, deseo olvidar las palabras salidas de tu boca, prefiero mirarte a los ojos, me quedo con lo que me expresan, lo que me dicen que sientes…

Te sigo sintiendo en mi cuerpo, como lo recorres con tus manos, con tus labios ardientes, como te dejas llevar por tu deseo, por el amor que en esos momentos te dejas sentir, sin miedo, sin nada que se interponga en esa unión, te siento tan mío que nada puede hacerme creer que no es verdadero, soy tuya en cuerpo y alma, a pesar de la distancia que nos pone el tiempo, seré tuya en cada pensamiento, en cada gesto, en cada llamada , en cada te quiero.


Así te recuerdo, sin querer por nada del mundo cambiar eso…

Luz de luna - Solitaria

La luz de la luna me acaricia con suaves dedos... esos dedos blancos y brillantes que pintan regueros luminosos sobre mi piel desnuda.

Cambio de posición en mi lecho, totalmente desvelada y te busco a mi lado, palpo la cama vacía... no estás desde hace mucho tiempo ya.

Un manojo de recuerdos me envuelve y me transporta a los sueños más febriles, aquéllos que he dejado a la vera del camino, cuando aún creía que me amabas, cuando mi ilusión era tan grande que nunca pensé que se desvanecería así.

Hoy tus manos se convirtieron sólo en palabras distantes, ajenas. Hoy tus caricias están ausentes y tus promesas, muertas.

Esta noche sigo estando sola, acariciada por esa suave luz... que apacigua en parte mi acostumbrada sensación de soledad, pero que trae a mi memoria mis versos más tristes...

Solitaria

Te busco, ebria por el néctar de las flores,
soy mariposa que reposa en tu lumbrera,
intento golpear tus cristales impávidos…
busco aplacar la quimera de mi estampa
pero vacía estoy, desgranando soledades…
mientras se eclipsan los amaneceres
y la congoja capital de mí se apodera.

Que Sensación más Hermosa...

Qué sensación más hermosa es sentirte cerca, rozando mi piel desnuda, besando mis labios. Como me quema por dentro sentir tu calor, tu aliento en mi cuello, tus manos recorrer mi cuerpo.

Me enamora dejarme sentir, entregarme a tu antojo, que hagas de mi lo que deseas, porque sé que siempre pensarás en mi, que placer es dejarme en tus manos, en tu cuerpo, mayor protección y seguridad jamás sentí a la vez que infinito deseo.

Como se libera mi cuerpo de la tensión, mi mente de la insinuada fuerza cuando me siento en tus brazos, es como volver a ser niña y sentirse en calma, protegida, sabiendo que no pasará nada, que todo está resuelto…

Me entrego a ti en cuerpo y alma en nuestros apreciados momentos, noto como mi cuerpo se abre a ti sin ningún miedo, expresando todo lo que deseo, todo lo que amo y siento.

Noto en tus ojos marinos, la calma del cielo cuando amanece un día radiante, la fuerza y excitación del mar en verano, tu deseo al observarme, tu pasión al pararte en mi, como se hace con las finas joyas que no resaltan a primera vista, que necesitan ser observadas detenidamente para calcular su valor.

Mi cuerpo te ansía porque sólo tú sabes tenerle, con la intriga de explorar sensaciones nuevas, se abre a ti con la mayor pasión, seguridad y deseo, que sensación más hermosa es sentirte en las manos de un hombre cuando le ofreces tu sexo y tu corazón por entero.

El beso de Morpheo

Annie está sola en su cama, queriendo conciliar el sueño, cuando siente una presencia a su lado.

Tal vez hubiera debido asustarse por ello, pero su voz interior le calma diciéndole que no hay motivo de alarma. Es una aparición relajadora que le acaricia con suaves dedos, infundiéndole ánimos para que pueda descansar mejor.

El beso profundo de Morpheo la ayuda a relajarse y a sentir uno a uno sus músculos abandonar la tensión. Su respiración se aquieta, su cuello desvanece la contracción… y lentamente siente una cosquilla placentera recorrer su cuerpo.

Esa presencia imaginaria cobra vida a su lado. Morpheo susurra al oído de Annie que no tema, que está segura entre sus brazos, y ella le responde con una plácida sonrisa somnolienta.

Morpheo no sólo la besa en los labios. También besa sus dedos, uno a uno, sus manos, su frente, su nariz. Annie no deja de sonreír, abandonándose a esas sensaciones que le producen bienestar y placer. Siente que él está sólo para ella, y lo disfruta en cada instante.

Se siente elevar al cabo de unos momentos… una mezcla extraña de sueño y realidad la acomete al experimentar que Morpheo la posee con dulzura y pasión. Puede sentir en esa fantasía onírica su cuerpo entrando en el suyo, el fuego en el que está inmersa, regalándole éxtasis, paz y sosiego.

El sol de la mañana que se cuela por la ventana despierta a Annie. No puede distinguir con claridad lo sucedido aquella noche, pero siente que su cuerpo está vivo, en armónica saciedad.

Es entonces cuando eleva su plegaria, con una nueva sonrisa en su rostro: “Oh, Morpheo! Bésame cada noche con la misma pasión… Recórreme como sólo tú sabes hacerlo y no querré despertar nunca jamás!”

Buscando Tu Mirada

Siento tu mirada recorrer mi cuerpo, cada vez que entro en ese lugar, sé cuando te encuentras en el, desde el primer momento que cruzamos la mirada, te siento…

Me visto rodeándome de tu imagen en todo momento, antes de salir de casa, me preparo para ti, para tus ojos, tus deseos. Entro en el local acompañada de mis amistades y ya se que estás ahí… te siento, noto como mi cuerpo se vuelve sensual, como mis movimientos expresan deseo, mis ojos te buscan, aún sabiendo donde estás, allí se encuentran nuestras miradas, tiernas, a la vez del deseo que expresan, pero sin palabras, parece que todo se impregna de esa atracción que sentimos el uno por el otro, como si los minutos no pasaran, no habiendo mejor lugar en el que estar, ni mejores ojos con los que ser observada.

Siempre es así, alegría al llegar, tristeza al partir hasta el próximo encuentro. Hoy quiero cambiar eso, deseo rozarte, sentirte más cerca, como sé que tú también lo deseas…

La misma hora, el mismo día de la semana, el mismo lugar, los mismos ojos… pero esta vez algo cambió, observaba como esos ojos cada vez estaban más cerca de los míos, hasta que, por la cantidad de gente que nos rodeaba, pusiste tus manos en mis brazos y con la voz más sensual que jamás oí, me dijiste: “Disculpa” y pasaste de largo hacia la parte de atrás del local, ofreciéndome la sonrisa más maravillosa y ansiada.

Mi cuerpo aún sentía el calor de tus manos, el roce de tu cuerpo, note una excitación incontrolada, un deseo que no podía contener, mi cabeza sólo me decía “tengo que besarle”, cuando pude reaccionar, giré para ver si te localizaba y en ese impulso sin saberlo te encontrabas detrás de mi, lo cual hizo que perdiera el equilibrio y cayera en tus brazos sin remisión.

Ya fue la mayor pasión al sentir tus fuertes brazos rodeando mi cintura y susurrándome al oído “necesitaba sentirte más cerca”, nos fundimos en un beso apasionado, lleno de deseo, sin llegar a percibir a nadie más a nuestro alrededor, no se cuanto tiempo estuvimos abrazados y unidos por los labios, con nuestras manos explorando nuestros cuerpos, cuando noto una inmensa frialdad al ver como tu cuerpo se alejaba del mío, pero fue un instante en el que ni me percate del, porqué de ese alejamiento momentáneo, te volviste acercar a mi, y mordisqueando mis pezones ya descubiertos me subiste la falda y a mi sobre de la barra del bar, noté como te metías entre mis piernas, desnudabas mi excitado sexo y lo saboreabas, llenándome del mayor placer, dándote una entrega total y sin condiciones, cuando quise abrir los ojos vi que estábamos solos, que el local se encontraba cerrado, y ante mi cara de sorpresa me dijiste “soy el dueño, ese es mi porque de encontrarme siempre aquí” y ante esa mirada de deseo, con su lengua saboreando sus labios de mi sexo, no pude por más que decirle, “hoy yo soy tu dueña” tomé su miembro esplendoroso y viril y lo maneje a mi antojo, lo saboree, se lo di a conocer a mis pechos, hasta que lo introduje en lo más profundo de mi ser, sintiendo un calor que me desbordaba de deseo, cabalgué en el notando el mayor placer, como mis pezones eran saboreados y apretados con deseo por el hombre que tenía entre mis piernas, cuando lo mire consciente, me encontré, con un cuerpo que llamaba al sexo, unos ojos que me decían que no parara, un miembro, que palpitaba bruscamente dentro de mi, que belleza de hombre, con esos pensamientos llegamos juntos a la esencia final, como si jamás antes hubiéramos sentido deseo.

Tarde de cabalgata

Nos reencontramos un cálido día de agosto, varios años después, cuando yo acababa mi día de trabajo. ¡Qué alegría sentí al ver que me llamabas! Estabas muy guapo con esas incipientes canas que apenas asomaban a tus sienes, como tenues hilos plateados.

En ese momento recordé la tarde en que salimos a cabalgar siendo muy jóvenes, con una ebullición hormonal que no nos permitió alejarnos demasiado debido al apuro que sentíamos por besarnos.

Apoyados en los gruesos troncos unimos nuestras bocas sedientas en un creciente frenesí. Estábamos enamorados y sentíamos que nada de lo que hiciéramos estaría prohibido, porque Cupido no cesaba de lanzarnos sus certeras flechas, animándonos.

Fue una pena que nos interrumpiera un jinete que por allí se había perdido. No me dio tiempo a abotonar mi blusa ni a acomodar mi revuelta cabellera. El brillo de nuestros ojos nos delataba, mas tuvimos el buen tino de señalarle rápidamente el camino para que pudiera marcharse y nosotros continuar con ese juego de seducción y placer.

Pocos días después de aquella cabalgata te marchaste a Versalles a culminar tus estudios superiores y ya no supe de ti... hasta este momento. La antigua explosión de sensaciones reapareció en un santiamén, mientras tomábamos un café riendo como antaño al contarnos lo sucedido durante esos años de separación.

Quisiera volver el tiempo atrás, quisiera amanecer desnuda entre tus brazos, quisiera que no estuviéramos ya comprometidos... ¡tantas cosas quisiera! Y en ese pensamiento las horas vuelan, y nosotros debemos seguir nuestros rumbos. ¿Te volveré a ver, amor de mi juventud?

Quiero sentirte...

Mirarte tan sólo a los ojos y saber lo que sientes, que puedan leer los tuyos en mi rostro el amor tan grande que ofrezco, deseo vivir cada instante como si fuera nuevo, que mi cuerpo sea primerizo contigo, para tus labios, tus manos y tus deseos.

Ardiente necesito tu mirada en la mía, el roce de tus labios por mi cuerpo, tu mente cálida y amándome, para juntos llegar a todos los rincones de nuestros cuerpos.

Nido para ti hago de mi piel, disfrutando de mi plenamente, con tus fuertes brazos rodeando mi cuerpo, con tus caprichosos labios en los míos expresando el mayor deseo, susurrándome al oído lo mucho que necesitas de mi feminidad de la totalidad de mi ser.

Un amor hermoso que dure eternamente, que cada día disfrutemos de la excitación que sienten juntos nuestros cuerpos desnudos, entregándose al mejor lenguaje del amor que conocemos, fundiéndonos a través de tu miembro en un solo cuerpo.

Elijo tus besos, el calor de tus manos, cada día más te deseo, sueño con sentir tu piel fundirse con la mía, que saborees todo mi cuerpo, que bajo la luz de la luna me hagas tuya, cumpliéndose todos tus deseos.

Luz eterna en mi interior siento al estar junto a ti, te quiero exclusivamente mío, disfrutar de tu cuerpo, que mis pechos y mi sexo te enloquezca al igual que mi amor por ti y mi deseo.

Susi.

Se abre el telón

Somos hermanas, que vivimos por mucho tiempo en sitios diferentes sin saber de nuestra existencia, pero que nos hemos reencontrado hace pocos años.

Ambas llevamos la misma sangre y variadas travesuras, sin saberlo antes. Travesuras, picardías y fantasías, que queremos compartir con vosotros, los que gustéis leernos.

¡Se abre el telón!